Este domingo 9 de diciembre de 2012 la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad ha organizado un besamanos al final de la misa celebrada en la iglesia de los PP Agustinos (Nuestra Señora del Castillo Viejo) para recibir a su imagen titular, la Virgen de los Dolores, tras su restauración.
A la veneración de la imagen asistieron numerosos cofrades y vecinos de la localidad. Previamente, la Cofradía había colocado sobre su pecho un nuevo símbolo de los Siete Dolores de la Virgen María, un corazón con las siete espadas o puñales, en este caso dorado a diferencia del plateado anterior.
La Dolorosa ha estado varios meses fuera de Valencia de Don Juan, tiempo en el cual su rostro y sus manos han sido sometidos a una profunda restauración. La imagen es vestidera o de candelero, por lo que carece otras partes del cuerpo talladas, las cuales se cubren con los bellos y ricos atavíos que en los últimos años le ha ido proporcionando su Cofradía.
Con esta restauración se ha buscado acentuar la transmisión del sufrimiento de la Madre Dolorosa ante la Pasión y Muerte de su Hijo. Así, en el rostro de la Virgen destacan las lágrimas que derrama fruto de tal angustia.
Debemos tener en cuenta que la imagen de la Dolorosa y Soledad coyantina era en origen una Virgen del Rosario, como ya dejó escrito en 1997 el P. Cuellas en su libro La iglesia de Ntra. Sra. del Castillo Viejo PP Agustinos. Valencia de Don Juan (p. 86, nota 78). Esto ha llevado a su adaptación ya desde tiempos pretéritos, cuando adquirió su función procesional en la Semana Santa Coyantina. De hecho, en su anterior intervención del año 1996 a manos del restaurador Luis de Huéscar, se le modificaron las manos que pasaron a estar abiertas en vez de unidas, que era la posición de su origen como Virgen del Rosario.
La duda que ya se planteó en su día Tomás González Cuellas es si esta Virgen del Rosario, hoy Dolorosa y Soledad, se tratará de la imagen titular de la iglesia de los PP Dominicos y que hasta el traslado de la escultura gótica de la Virgen del Castillo desde su inmediata parroquia, incendiada en 1842, ocupaba el camarín central de la iglesia conventual dominica.
Sea como fuere, con esta nueva restauración de 2012 se consolida la adscripción de la imagen como Nuestra Señora de los Dolores y Soledad, acentuando sus símbolos y sufrimiento para cumplir su función en las calles coyantinas durante las futuras procesiones de nuestra Semana Santa.
La Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad participó en la recepción de su imagen titular.
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