El Pelambre «es un referente» del Bronce y la época visigoda en León
Mª Luz González subraya que los estudios y el libro «dan más valor a la excavación»
El Pelambre ha pasado de ser un humilde topónimo del sur de Villaornate a convertirse en un «referente para el estudio de la Edad del Bronce y la época visigoda en la provincia de León», tal y como señaló ayer la arqueóloga Mª Luz González en la presentación del libro que recopila los trabajos científicos y técnicos de la excavación arqueológica realizada en este pago en 2007.
«La singularidad de El Pelambre es, más que la importancia de la excavación, el hecho de que se hayan realizado unos completos estudios sobre el yacimiento», agregó la arqueóloga en el acto celebrado ayer en la Fundación Sierra-Pambley.
A partir de ahora, todos los trabajos que se realicen sobre estas épocas en León tendrán como material comparativo los hallazgos de El Pelambre -"387 piezas, de las cuales el 81% pertenecen a la Edad del Bronce y el 19% a la época visigoda-” y sus exhaustivos estudios.
Javier Abarquero, experto en la cultura de Cogotas I, explicó el valor de la cerámica del Bronce hallada en el yacimiento, que amplian el desarrollo de Cogotas al norte del Duero, en una zona donde hasta ahora apenas había algunos indicios. Germán Delibes, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Valladolid es coautor de este capítulo en el libro.
La cerámica visigoda, estudiada por Fernando Pérez, conservador del Museo de Valladolid, supone también una aportación novedosa para hacer luz sobre este período aún oscuro de la historia, especialmente en esta zona de León donde hasta ahora no se habían hallado restos similares.
Los estudios sobre la fauna realizados por el profesor de la Universidad de León Carlos Fernández y los estudios polínicos, realizados por un equipo de arqueobiología del CSIC, también fueron destacados en la presentación de ayer pues han sido claves para datar el yacimiento, a partir de los análisis de Carbono 14 de la fauna.
Hace 3.500 años
A partir de estas investigaciones se ha corroborado que el pastoreo y la agricultura eran la forma de vida de las gentes que vivieron en El Pelambre hace 3.500 años y en el siglo VI de nuestra era. También se ha sabido que el paisaje estaba más castigado por la actividad humana en la época del Bronce que en la visigoda y que si bien en ambas se cultivaba el cereal, la vid aparece en las labores agrícolas de la época tardoantigua auspiciada posiblemente por los ritos litúrgicos del cristianismo.
El estudio de los restos humanos, realizado por Encina Prada, revela también las características de los habitantes de la cabaña de época visigoda que se atisba en uno de los hoyos. Gracias a estos estudios complementarios, agregó Mª Luz González, «hemos sabido que la pasta con que rellenaron la cerámica incisa de la Edad del Bronce es de huesos».
La directora de la excavación y coordinadora del libro reconoció que «no es habitual que se saque tanta información de una excavación y aquí se ha intentado exprimir al máximo el yacimiento arqueológico. Ha sido un lujo tener carta para investigar y que ahora se publique», añadió.
El Pelambre. Villaornate. León. El horizonte Cogotas I de la Edad del Bronce y el período Tardoantiguo en el valle medio del Esla, ha sido editado por el grupo Tragsa, empresa que ejecutó las obras del regadío de la subzona del Porma y que también financió íntegramente la excavación del campo de hoyos de Villaornate y los estudios complementarios.
El acto fue presentado por Graciliano Palomo, patrono de la fundación Sierra-Pambley y presidente de Seiasa, y también participó el delegado provincial de León del grupo Tragsa, Manuel Fernández Bermejo.
«Las obras públicas están dando lugar a hallazgos incluso inéditos»
La excavación de El Pelambre es un ejemplo de cómo la aparente «contradicción entre el patrimonio y las obras públicas está dando lugar a que se alcancen importantísimos grados de conocimiento de diferentes etapas de nuestro pasado, en algunos casos, inéditas», afirmó ayer en la presentación del libro colectivo el arqueólogo territorial de la Junta, Julio Vidal.
El Pelambre, dijo el arqueólogo, se ha convertido en un ejemplo y en una excepción en el marco de las excavaciones de urgencia que se han multiplicado en los últimos veinticinco años al socaire de las obras públicas. Como «hermanas paupérrimas» de la «aqueología más vistosa», la mayor parte de estas intervenciones «han sido un fin en sí mismas -”para conjurar el problema arqueológico-” olvidando el tratamiento o estudio, así como la difusión o publicación del enorme caudal de datos proporcionado por muchas de ellas».
El Pelambre, en cambio, gracias a la colaboración entre arqueología e ingeniería y a la financiación privada de Tragsa, señaló Vidal, se ha convertido «en uno de los pocos yacimientos arqueológicos en su género que se conoce en la provincia», «excavado en su práctica totalidad y publicado con todos los resultados obtenidos en los diferentes estudios multidisciplinares».
En su opinión, en El Pelambre «no se puede pedir más desde el punto de vista de la conservación del patrimonio arqueológico», puesto que «la publicación rigurosa y solvente de una excavación arqueológica es la culminación de todo el proceso técnico y administrativo que se inició con el hallazgo arqueológico».
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